Familia Imperial Rusa.

La dinastía Romanov fue una dinastía rusa establecida en Moscú desde el siglo XVII, que accedió al trono en 1613 con la coronación de Miguel I,  y rigió el país hasta que la Revolución de Febrero de 1917 obligó al zar Nicolás II a abdicar.


SUBIDA AL TRONO



La Familia Imperial Rusa, más conocida como Dinastía Romanov, gobernaba en Rusia desde el año 1613. Era una familia noble de origen lituano, establecida en Moscú desde el siglo XIV. Tomaron ese nombre de un ancestro del siglo XVI, Roman Yurev, cuya hija Anastasia se casó con Iván IV. 
Ganaron influencia durante los años de anarquía que se sucedieron después de la muerte de Ivan IV. Tras pasar unos años, en 1613, la asamblea de nobles se reunió y eligieron a Miguel I, sobrino de Ivan (nieto de Roman), como rey de Rusia, y con él empieza la famosa Dinastía. 
Inicialmente la familia de los Romanov siguió la antigua costumbre de traspasar el trono al primogénito varón. Así a Miguel I lo sucedió Alejo I y después su nieto Teodoro III.


Dinastía Romanov.
Al morir éste tuvo lugar un conflicto sucesorio entre los descendientes de Alejo I, Pedro I,  y sus hermanastros Iván V y Sofía. En 1689 Pedro se impuso a ambos y a la guardia imperial que les apoyaba, e inició un reinado marcado por la expansión y modernización de Rusia. Fue el primer monarca en adoptar el título de zar de todas las Rusias. Para impedir que se repitieran las luchas sucesorias y reforzar el poder real, Pedro I estableció que fuera el propio zar quien designara a su heredero.
De esta manera, Pedro I le dejó el trono a su esposa, Catalina, pero tras su muerte, el poder volvió al linaje Romanov con el mandato de Pedro II. Más tarde se sentaron en el trono la hija de Iván V, Ana IIván VI e Isabel I.
La coronación de Pedro III en 1761, reforzó la presencia alemana en la Rusia imperial. Una conspiración de la nobleza y del clero obligó a Pedro III a abdicar, sucediéndole su esposa, Catalina II de Rusia en 1762, quien usurpó el Trono a su hijo, Pablo I, aunque le designó para sucederle en el Trono. Pablo murió asesinado en una conspiración encabezaba por su hijo, el Príncipe Constantino en 1801. El Trono recayó en el nieto de Catalina, Alejandro I, y después en su hermano, Nicolás I. Luego se siguió el orden sucesorio normal de padres a hijos, con Alejandro II, Alejandro III y Nicolás II .
Éste fue el último zar de Rusia, destronado por la Revolución de febrero. Parece que abdicó poco después en su hermano Miguel, pero que éste renunció al día siguiente.

CAÍDA DEL ZARISMO



En enero de 1917 la situación interior se agrava bruscamente. Las huelgas estallan en las principales ciudades. Falta el pan y corre la voz de que un complot militar va a destituir al zar e instaurar un gobierno fuerte, capaz de acabar con el peligro revolucionario mientras prosigue la guerra. La huelga obrera de las fabricas de Putilov dará comienzo al movimiento insurreccional.
El 23 de febrero se manifiestan las mujeres y hay 90.000 huelguistas. El 24 y 25 se adueñan de San Petersburgo y el 26 reciben el apoyo de una parte del ejercito. El 27 el Palacio de Invierno es ocupado. Tras estas jornadas se constituyen dos poderes: el “Comité ejecutivo provisional de la Duma” (K.D.) y el “Soviet de los obreros y los soldados” (S.R.)
Nicolás II se prepara para resistir en Mohiev y las tropas del general Ivanov se unen a los insurgentes. El zar llega a Pskov el 2 de marzo, allí su guardia personal le abandona, así como su jefe de Estado Mayor y los principales jefes militares. Abdica a favor de su hermano el Gran Duque Miguel, que rehúsa asumir el poder. La monarquía ha caído.

Caída del zarismo.

ASESINATO DE LA FAMILIA IMPERIAL

Hijo del zar en silla de ruedas.
Unos meses después las cosas se tuercen mucho más para la familia Romanov. En octubre, tres meses después, tenía lugar la segunda revolución, aquella que conduce a los bolcheviques al poder al grito legendario de "¡Todo el poder a los Soviets! Se crea un gobierno de comisarios del pueblo encabezado por Lenin y a principios de 1918, tras las elecciones a la Asamblea Constituyente, se proclama la dictadura del proletariado. Era previsible que los bolcheviques ajustarían cuentas, como así ocurrió. La familia real todavía permanece unos meses en Tobolsk (residencia donde se quedaron los zares a vivir), en cada vez peores condiciones, sin el trato exquisito anterior, pero sin sufrir maltrato alguno. Pero Rusia se ve envuelta de inmediato en una guerra civil entre la contrarrevolución y los bolcheviques, los blancos y los rojos. Ante el avance de los ejércitos blancos por Siberia, Lenin decide trasladar a la familia real en abril de 1918 y envía al comisario Yakovlev para traérselos a Moscú. No estaba claro que iban a hacer con ellos, pero el poder de los bolcheviques estaba muy deteriorado y los territorios bajo su control eran cada vez más reducidos. El viaje lo realizan solo los zares y su hija María, porque por entonces el hijo no se encontraba en condiciones de viajar, debido a su delicada salud, agudizada por los efectos de una caída.  Sin embargo, se produce un cambio de planes y se decide poner a los prisioneros bajo el control del Soviet de los Urales, de forma que el 30 de abril los prisioneros se quedan en Ekaterimburgo, la gran ciudad de los Urales.
Son entonces encerrados en la casa Ipatiev, una residencia burguesa, en donde pronto se les uniría el resto de la familia. De su vigilancia se encargan la policía bolchevique, que ejecutan al ayudante de campo y al marinero. 
Residencia Ipatiev.

En julio el desenlace se acerca, Lenin y Sverdlov, responsable de interior, tras consultar al Soviet Central, deciden ejecutar a los Romanov. Convergen varias razones, era evidente que los blancos podían rescatar al zar y eso sería terrible para la revolución, en segundo lugar, mantener con vida a los miembros de la familia imperial era dejarles un estandarte viviente a los blancos, como afirmaría más tarde Trotsky en sus Diarios.
 El 17 de julio de 1918, con un pelotón de soldados, la mayoría no rusos, letones y húngaros actuarán durante la media noche. Despiertan a la familia, les ordenan vestirse y hacer el equipaje como si fueran a ser trasladados. Todo el día se habían oído los disparos cercanos de las tropas blancas. Son todos conducidos al sótano: los zares, los criados, el doctor, las hijas y el zarevich. Algunos hombres se niegan a participar, pero poco después unos doce guardias armados con pistolas y fusiles con bayonetas penetran en la habitación y acribillan a balazos a las once personas. Cada uno tenía un objetivo sobre el que disparar, evitando así mucha sangre y aumentando la rapidez. 

Hombre responsable de la muerte del zar.
Los bolcheviques tenían órdenes de no dejar pruebas, pero en un principio las cosas no se hicieron bien. El comisario militar Ermakov se encargó de hacer desaparecer los cuerpos. Se los llevó a las minas de Vert Isetsk, para ocultarlas en un pozo abandonado, pero sus hombres se enborrachan y al saquear los cuerpos descubren las joyas. En esas condiciones lanzan los cuerpos a una sima poco profunda sin tan siquiera utilizar palas. Al final deciden quemar los cuerpos y hacerlos irreconocibles. No es fácil, porque dicho proceso requiere su tiempo. Al zarevich y una gran duquesa los entierra en el bosque y el resto cerca de un puente.
Los responsables de la ejecución no hicieron bien su cometido. A pesar de todo, cuando los blancos tomaron Ekaterimburgo realizaron diversas investigaciones, como las que condujeron al juez Sokolov a establecer con precisión lo sucedido, aunque en ningún momento encontró la localización exacta de los cadáveres. Eso permitió el nacimiento de todo tipo de especulaciones, surgiendo leyendas en torno al paradero de los zares y su familia. Para muchos no habían muerto y un montón de farsantes en los años sucesivos pretendieron suplantar al hijo o a las grandes duquesas.  La pretendiente más famosa fue la que contribuyó a construir el mito de Anastasia, una mujer conocida como Anna Anderson. Después se supo que se trataba de una obrera polaca, Franziska Schanzkowski. La leyenda de la princesa viva llegó más tarde a la gran pantalla y alimentó, gracias al cine, la imaginación de todo el mundo.

Película Disney sobre el mito de Anastasia.
Película sobre la leyenda de Anastasia.























Cráneos encontrados de la familia real rusa.

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